jueves, 6 de septiembre de 2012

Nostalgia pura y dura

La que me ha entrado hoy, cuando estaba guardando cola para entrar a Secretaría y comenzar con los papeleos de fin de carrera. Cierre de expediente, solicitud de certificación académica, título y suplemento europeo...así es como se cierran cinco años, que se dice pronto, de mi vida. ¿Qué ha ocurrido en todo este tiempo? Imagino que podría reducirlo en tres puntos: he conseguido una licenciatura, el mundo (mi mundo) se ha ensanchado (y cómo) y yo, que entré en este viejo palacio todavía adolescente, a los dieciocho años, salgo de él ya como una joven adulta.

Último día de clase, allá por junio, con las interpretaciones todavía en el aire.


Puede que todo este tiempo haya pasado volando, pero no por ello deja de ser hora de marchar. Y sin embargo, esta vez no consigo afrontarlo como en el instituto. 



No obstante, no voy a marcarme el farol de decir que entonces no me asustó irme. Hace seis años, entre otras cosas, me acercaba al final del Bachillerato con un enorme signo de interrogación en mi cabeza. Después de pasarme toda la ESO y el primer año del Bachillerato pensando en ser periodista, ¡sorpresa! Ahora iba a matricularme en Traducción e Interpretación. No lo tenía nada claro, eso sí. Alguna tarde me había dado una vuelta por el edificio de la facultad y había pensado: este no es mi sitio, yo nunca pensé en venir aquí, no se me ha perdido nada en estos pasillos.

(El destino, como podéis ver, es una ironía, amarga o dulce según los casos...)

Pero, como decía, de alguna forma me resultó más fácil dejar el instituto. Tras seis años allí, los últimos días sentía que se me quedaba pequeño, que ya había agotado allí todas mis historias. Había sido muy feliz, como en realidad siempre lo he sido allá donde he ido, aunque también hubo ratos tristes o duros. Pero, en general, fue una experiencia positiva. Y aun así, esa vez yo misma lo tenía (más o menos) claro: me iba en el momento justo, había quemado una etapa. Imagino que influyeron más cosas: que aquel último año fue muy duro y un poco agotador, que mis amigos seguirían todos aquí en Granada, como yo, y no nos separaríamos; que la siguiente parada seguía siendo, en un sitio u otro, como estudiante. Sea como sea, fue más fácil que ahora.

Ahora...

En estos cinco años ha habido de todo, desde luego. Momentos muy buenos, buenos a secas, normales, regulares, tirando a malos y directamente chungos. Personas a las que quiero de corazón y espero no perder nunca, compañeros a los que me quedo con ganas de conocer más, otros con los que simplemente he compartido asignaturas, y otros, un número muy reducido. a los que les digo adiós con una sonrisa de oreja a oreja. He perdido la cuenta de las traducciones que he hecho, he cultivado mis futuras dioptrías a base de caracteres chinos, he pulsado mil veces los botones rec y play en mi grabadora, he dicho otras tantas aquello de Damas y caballeros (en las dos direcciones) y, sobre todo, he aprendido un poco de todo: Derecho, neerlandés, documentación, medicina, manuales de instrucciones, más dichoso Derecho, literaturas y civilizaciones varias, TAO, relaciones e instituciones internacionales, etc.

No obstante, a Dios pongo por testigo de que...

Ha habido muchas noches maravillosas, dando vueltas por Pedro Antonio, Realejo y hasta el Sacromonte, bailando y a veces bebiendo como si no hubiese un mañana, con el Playmobil como una extensión de la facultad y el Sonora y la Vogue como templos tardíos. 

Hemos comido en todos los rinconcitos guays y demás antros innombrables de esta ciudad.

Hemos potado con las maravillosas imágenes que encontrábamos en traducción científica.

Ha sido maravilloso tener la Picasso a dos pasos de la facultad, así como el imperio Inditex y otros lugares no tan nobles ni guardianes de la sabiduría.

Hemos compartido alegrías y penas, y Terminología y vídeos del unicornio Charlie.

He vivido veranos extranjeros.

He aprendido a nadar de verdad.

Desdeñamos Las Escuelas y descubrimos el D'Cuadros.

He recitado Aullido por la calle Tablas al salir del Bohemia (no se puede ser más guay).

Ha habido muchos viernes, y algún que otro martes, de CineClub Universitario (y nos tragamos Metrópolis en su versión completa, y así hemos terminado).

Hemos montado picnics en el parque García Lorca, donde C me pateó el culo, inmisericorde, ganó mil veces al Ligretto.

He dejado galopar a los caballos de mi imaginación (y a veces hasta los he refrenado).

He desbarrado con J y hasta he viajado con él a Holanda.

Me saqué el carnet de hipster con A, junto a otras tantas aventuras. Just your normal Tuesday.

Me comí gatitos con C.

Aprendí neerlandés y algo más.

He conocido a mi esposa, la fantástica L, si bien hube de compartirla con M (un placer).

Fuimos clientes del año del francés del take-away durante 4º de carrera.

Hice teatro y conocí la historia completa de Teatràdum, a pesar de sus muy reducidas y caóticas crónicas. He sido Fanny, he sido lista, no he perdido el tiempo. He sido Jimena.

Y me gustaría seguir, pero vosotros os largaríais de aquí, si no lo habéis hecho aún, y yo acabaría llorando como una magdalena sobre el teclado, y de todas formas no se entendería nada porque saldría algo así como asdfghjkllfdfksanscnl.

A la facultad de Traducción e Interpretación, en resumen, le agradezco ante todo el haber cogido prestado durante cinco años mi pequeño mundo para devolverme un globo terráqueo, enorme y lleno de posibilidades. A lo largo de esta parada, he conocido gente con mis propias inquietudes y con otras tantas, gente interesante, gente brillante. He visto de primera mano que hay mil historias, mil formas de ver la vida, mil culturas, mil raíces. He aprendido a mirar por mi propia lengua. Me han inculcado la vocación de salir fuera de mis fronteras, ver mundo y aprender, abrir ventanas. Ahora que estamos en crisis, es un don valioso. Y es el motor con el que yo quiero impulsarme en esta vida. 

Y por eso es tan difícil partir.

En las escaleras del patio, haciéndome un photobook para el recuerdo.


P.D Lo sé, pero este es mi blog, se siente.








4 comentarios:

  1. Que ñoña estás con la universidad xD Y yo tengo unas ganas enooooormes de perderla de vista.

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  2. Yo es que soy así, lo reconozco: diez minutos en un sitio y le pillo cariño a las mismas piedras, así que imagínate, cinco años LOL. En cualquier caso, ya lo llevo mejor, no te creas, solo que estos días estoy de despedidas y tuve que ir a papeleos y fue como: ¿en seeerio? ¿En serio que en octubre no estaré aquí, como siempre? Y se me hizo un nudo en la garganta xD.

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  3. ¿Qué puedo decir? Todos nos sentimos así cuando llega la hora...
    Pero siéntete orgullosa de esa lista inconmensurable que aquí has dejado a medias, por haber hecho de todo y con tan buen pie.

    Como dije una vez, solo hay que esperar que el siguiente helado esté más bueno aún!

    PD: ánimo con el blog, escribes de cojon... ¿dónde diablos se tacha aquí?

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  4. Aquí no se tacha, así que cuidadín con lo que pone usted, caballero. Esta vez se lo dejamos pasar porque le ha echao flores a la bloguera xD. La próxima le pondremos el último single de Leticia Sabater en bucle (lo siento, ayer lo vi y sigo traumatizada xD).

    ¡Lo del helado fue una gran frase! ;D BBV: buena, bonita y verídica xD.

    ¡He aquí, Internet, a mis dos lectores principales! :D No puedo organizar concursos porque no habría incertidumbre alguna sobre el premio, pero sus llevo en mi corazón xD.

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